jueves, 11 de octubre de 2012

Carta al aniversario de tu ausencia.


Querida ausencia de ti, estoy algo cansada de ti. No hay día que algo de esa nada surja para volver a recordarme tu presencia: el puto olor de tu colonia (aunque sinceramente ya no sé ni qué colonia es la que huelo en el viento que me hace girarme), un anécdota ajena que me hace recordar alguna de tantas nuestras, o cuando simplemente te nombro en una conversación y me pregunta y quién es ése, a lo que yo respondo algo preguntándome ¿quién fuiste?; etc…
Hay momentos en los que me levanto y puedo vivir en un mundo donde tu ausencia sea algo positivo, y hay otros en los que no puedo evitar llamarte hijo de la gran puta una y otra vez mentalmente cuando no puedo dormir. Hay días en los que pienso que un café en el futuro será posible y otros en los que ese café no sé qué significaría ni siquiera sé si quisiera tomármelo o quisiera echártelo por encima.

Me desconexiono de todo lo que venga de ese ser que ahora solo es el otro lado de una red social y no puedo evitar describir lo que ahora pareces ser (porque nunca eres): un ser que tiene millones de seguidores por lo que ya tenías cuando te conocí, ese carisma, mimetismo o  simple conocimiento de galantería que te hace ser una luz a la que toda polilla se queda pegada. Poco a poco lo que realmente hacía que brillaras veo que desaparece, que no eres más que un parásito retroalimentado de las consecuencias de esas ilusiones que causas en los demás, y vives en un círculo vicioso en el que cada vez que explota repite un mecanismo en espiral destructivo del que luego resurges, pero sin renovarte. ¿Qué gracia tiene eso? Nunca entendí que prefieras ser un resfriado crónico, que nunca se va, con sus mocos verdes y sus dolencias de fondo a ser una neumonía de la que salir renovado. Algunos te llaman patético, otros cruel, a mí me da pena no ayudarte a salvarte de ti mismo pero francamente querido te doy las gracias porque a quien debo salvar y empeñar mis fuerzas es en recogerme del naufragio a mí, tú no sé si tienes remedio.

Desde hace mucho no estoy bien, para nada bien. Me tomo como un ser absurdo y sin seriedad. Ya antes no me estimaba pero es que ahora no sé ni por dónde cogerme. De mis cimientos era el cemento pero la consistencia la ponían otros, y sus ausencias hacen que mis pilares bailen con el más mínimo viento. No puede seguir así, “nunca mais”.  Cosas a las que antes no le daba ni un segundo de mi importancia, ahora pueblan mi mente cada día. Me he convertido o más bien, soy consciente de mi necesidad de aceptación por gente que ni siquiera me agrada. Mi susceptibilidad hacia cualquier asunto ajeno ha crecido un 200% con el tiempo. A todo eso le unes mi continuo miedo a ser rechazada, por eso me estanco en mis aguas y no paro de observar cada uno de los peces de mi acuario sin poder hacer otra cosa que zambullirme en mi propia introspección como única meta mental: he perdido mi total capacidad de apostar por alguien… ¿cuántas veces les grite a otros mi absoluta sensación de fraude por hacer lo mismo que yo?¿y ahora qué, me escupo metafísicamente a mí por cometer un delito del que siempre acuse a otros por su carácter débil? No entiendo por qué ahora le hago caso a mis cicatrices cada vez que alguien se cruza en mi camino y mis prejuicios me impiden cruzar más de 4 palabras con alguien. Mi única alternativa al balance es la utopía, y la fantasía nunca debería ser una alternativa real por su carácter peligroso.

Me he perdido.


Sinceramente cuando pienso en todo esto que estoy escribiéndote me doy cuenta de que anclarme a tu ausencia es la única vía de escape que me he labrado para no enfrentarme a mis miedos reales, a mi presente. Para avanzar.


No sé si eres ese dolor al que recurro golpeándome una pierna por no sentir otro dolor más profundo, crónico, al que no sé dar solución.
 O quizá esa es solo una de las razones por la que le doy vueltas a tu ausencia, y no solo a la tuya. Sino a todo pasado enmarañado que necesite balance.

Todo el que lea esto pensará que tengo un día penoso y me he dejado invadir por el más absoluto carácter pesimista de los últimos tiempos, pero no se confundan, ni mucho menos.

Aprendí a enamorarme de mí, aunque cuando se trata de uno mismo, casi siempre no es un flechazo; requiere tiempo. Tengo muchas cosas por las que dar gracias y por las que mi día a día es feliz, por las que me siento viva: mi capacidad de superación, la calidad de las personas que me rodean a las que le debo tanto y creen en mí cuando yo no apostaría ni una ficha de póker falsa (y mi capacidad de no bajar ese listón de calidad por miedo a la soledad física, ya que la verdadera soledad sería no ser fiel al camino y a tener a mi lado calidad y no cantidad), mi autoconocimiento y mis agallas a poder sentarme y conocerme sin miedo a lo que pueda pasar, y por qué no; los huevos que le tengo a la vida.

Así que esta carta no sé muy bien que significa, la verdad. Echo de menos muchas cosas de ti, pero no a ti. O por lo menos no al ser que pareces ser (ya que nunca eres), sino añoro al ser de mi recuerdo, a ese que tenía la palabra justa y perfecta a cualquier cosa, el que podía contar cualquier cosa que no solo me sentía cómoda contándolo sino sabia que me entendías y que tendrías un buen consejo al respecto, a esos abrazos y ese sitio donde podía llorar sin miedo al rechazo…

La mayoría de lo que echo de menos de ti hay personas en mi vida que también cumplían, cumplen y cumplirán esa función. Y los quiero (y amo) por ello y por ser, que no es poco.
Autenticidad, agallas y fidelidad, es poco lo que pido.


Y tú dejaste de cumplir lo segundo cuando incumpliste lo primero y finalmente no te quedó otra que incumplir lo último. Aún no sé por qué, y por eso estoy escribiendo, quizá…

Quién sabe. Pero creo que no eras más que una excusa para vomitar todas estas divagaciones y poder dar el paso siguiente.


De una vez por todas, apostar por para poder apostar por el mundo después.


domingo, 11 de marzo de 2012

Reciclaje.


“No sé si es mi mejor texto, pero el más integro a lo puramente intrínseco de mi vida. De mí misma.”





“Antes mi miedo a ser políticamente correcta me cegaba en la consciencia de mi condición humana. A mi condición de ser fiel a esa humanidad intrínseca y al yo más profundamente incorrecto….ni una más.”


(……….)










Me levanto. Desayuno. Después de la típica ruta por redes sociales mañanera viajo en un mundo imaginario mientras mis neuronas llevan a cabo una acción ya involuntaria: la ruta hacia el gimnasio. Miro la tele mientras mis pies efectúan movimientos rápidos de piernas destinadas a marcar cada vez un número mayor de calorías en el rojo de la máquina y me conciencio de algo que, cuando veo el escaparate de la pastelería parece desaparecer…sino, mejor decir, que se arrincona en el fondo de un subconsciente que luego me atormentará tras haberme zampado 1€ de golosinas.
¿Qué hago esta tarde? Y se me viene a la cabeza una reciente amistad y un paseo al sol. Hablo con ella y decidimos hacer recados y dar un paseo que se convierte en horas dando vueltas y un té como broche final. Vuelvo a casa en el 33 con música atronando mis auriculares aislantes del sonido de la ciudad.
Espero que mi novia se conecte. Espero y espero. Está viendo el partido…me voy al salón. Escucho a mi familia despotricar de mi familia (lo más familiar del mundo) mientras leo en subtítulos un capítulo de CSI.



Mañana madrugo…todavía queda un capítulo interesante (¿cuál no lo es?) pero decido lo mejor para mi día siguiente y me meto en la cama. Enciendo mi luz nocturna. Le mando un mensaje a mi último pensamiento antes de que mis ojos se cierren.

10 de la mañana. Me levanto y me tomo un rápido desayuno mientras pienso en lo más cómodo para cuidar de unos 17 niños. Llego tarde pero voy a ir andando…unos minutos más allá no me detendrán del placer de ver como la ciudad un domingo a estas horas vive dormida mientras pocos la pasean. Llego y comienza la metamorfosis a chica responsable que cuida de unos niños de ambiente católico. A pesar de todo, el dsifrutar de ellos del sol y, sobre todo, de unos ojazos azules de no llega a 2 años hacen que las dos horas vuelen. Me agradecen mi trabajo y recibo mi salario. Llego tarde, me esperan a comer. Subo mientras la ciudad vive muy intensamente una huelga de banderas rojas y el puro contraste del ambiente vivido en ese colegio se difumina con el poblado en el triunfo. Allí anda el coche de mi hermano; y me meto en él: huele a pollo asado de la tienda de la esquina. La de siempre. Subimos al pueblo que me vio crecer.

Comida familiar: hace mucho que no vivía una. Año nuevo quizá. La verdad me lo pasé mejor que las últimas veces. Se nota mi nuevo trabajo y mi nueva evolución de madurez. Y los días de terapia, dicho sea de paso.

Bajamos tarde, a las 6. Ella no llegará hasta las 7 y media. Hago tareas hogareñas y se me echa el tiempo encima jugando al solitario. Me visto y corriendo llego a la estación. Nos miramos y sonreímos hasta fundirnos en un beso cariñoso y el más perfecto significado de ese amor maduro y conscientemente vivido por ambas que se nos apetece muy largo, eterno si seguimos luchando.


Paseamos. Cenamos en una cervecería que hace mucho no frecuentábamos y volvemos a casa. Cachimba y repeticiones de neox pueblan el salón de su piso hasta que nos apetece venir a mi casa.


Entonces…Vuelve a ocurrir. Una oleada conocida me golpea de nuevo: los sentimientos y pensamientos frustrados.
Ese cúmulo de “cosas que no pude responder” o quizá no supe o no tuve los cojones de plantar cara…
Toda mi caja de Pandora se abre parta albergar un nuevo pedacito de palabras nunca escritas, nunca reflejadas ante nada más que mi espejo, a veces en mi mente otras en voces de gente con la que comparto mucho más que un café. De sentimientos encontrados, enfrentados. Quizás algunos no tengan sentido después de helarlos tras un baño o un paseo metafórico por una ultracongelación a modo de análisis constructivo que no va a ninguna meta sino a la de transformar toda esa mierda en algo chiquitito que quepa en mi contenedor de basuras particular.
Sin más, lo analizo y como ya digo, lo convierto en basura manejable por mis neuronas para encerrarlo en el contenedor de basura llamado Pandora.
Toda esa mierda, supuestamente manejable, son como latidos de un corazón que en noches nostálgicas, o cuando me enfrento a otra oleada de vientos enfrentados se abre y suelta heridas cicatrizantes o abiertas que supuran al aire tras haber salido a la luz destapando el cajón de reciclaje.



Es eso, reciclaje. Siempre un puro cúmulo de cosas que nunca os dije porque no me creí capaz bajo la excusa de ser políticamente correcta transformándolos en basura que se pudre en una caja mental…





Pero, que en el fondo…solo se recicla continuamente evolucionando según la dirección del viento que la abra.














sábado, 25 de febrero de 2012

Un café con sustancia.

Soy animal de cafés, es un hecho. Cada paso que doy parece que ando más cerca de encontrar esa respuesta que nunca existirá ya que nunca se sabrá cuál es la pregunta que le precede. Me empiezo a entender y poco a poco desentramo los auriculares enredados que son mi pasado, esos que siempre tuvieron más enredos que un pelo alborotado a primera hora de la mañana. Es un topicazo, como otros tantos que esconden parte de verdad, que son las noches el alimento de las frustraciones inquilinas en nuestras entrañas espirituales. Pero es cuando no hay luz externa cuando todos andamos más receptivos como si los rayos solares fueran inquisidores de lo oculto, como si tales nos hicieran no poder esconder lo que nos origina pesar o simplemente, en lo que andamos pensando.

Hoy, como muchas tardes, noches o mañanas incluso me senté a ahogar mil y un pensamientos bajo un caliente café, un ambiente acogedor y una hermosa y agradable compañía. Hablando de todo y de nada, he sopesado lo dicho a la vuelta del bus quedándome con cosas que desenlazado lo quedado en el tintero se quedo a medias, y resaltando lo que me dan ideas para estar escribiendo ahora mismo…ya que para mí los mejores versos salen de conversaciones perfectas en la compañía de aquellos con los que los ojos no son ventanas opacas que juegan a ser algo o a no serlo.
Me llamó la atención la idea de que hay personas que se enamoran de objetivos, de modelos sentimentales y luego intentan proyectarlos en personas que caen de la idealización siendo fracasos por su incompatibilidad con un mundo imaginario idílico. Mientras tanto, otras personas se van encandilando poco a poco del conocimiento intrínseco de una persona que se va llenando en una jarra imaginaria de su esencia con cada café, comentario, una tarde lluviosa frente al ordenador o simplemente en una mirada. Nunca sabremos qué de las infinitas posibilidades y caminos que desentraña el mundo de los sentimientos más profundos es el amor absoluto, ya que éste creo que es solo una verdad a medias, que a su vez no es más que una mentira semientera. Solo sé que de un amor se puede pasar al otro, o como yo digo solo son diferentes proyecciones de una misma imagen sentimental vistas desde unos ojos que van evolucionando.
Me bajo el bus y ya no recordaba el fresco que hacía en la calle al abrigo del autobús…
Cada vez me conozco más y me detesto menos…Cada vez aprendí a ser más feliz sin recurrir al idealismo. Y aunque eso en la mayor parte fue fruto de encontrar lo que me hizo reencontrarme con quien de verdad soy; por fin respiro un aire que no me desconcierta. Un reflejo en el espejo al que identifico.

La que el espejo dibuja no es más que mi persona anhelada tras desvariar por caminos alternativos buscando como llegar a mi esencia buscándome.

Lo esencial es la búsqueda, y yo me estoy encontrando. Y lo que es mejor, soy feliz así. Una persona de infinitesimales partes: parte de todo ese camino parte del origen todo de nada una mezcla de todo….pero poco a poco yo misma.

domingo, 15 de enero de 2012

Autoretrato.





Me gusta creer que la conozco, y eso que a veces es muy difícil hacerlo ya que parece que cuando lo he conseguido, se levanta y todo ha cambiado. Aunque a veces los cambios son solo múltiplo de hormonas con la lluvia de su ventana; muchas veces un simple detalle la lleva en una dirección contraria, como la débil brisa que obliga a un papel a virar hacia el norte cuando su destino era suroeste…y entonces es como si lo que su mente visualizara tomara otro color aún más claro, y creyera encontrarse más cerca de esa verdad que nunca llega porque quizá nunca exista.
Muchas veces no dice las cosas porque el paso de los años se han ido llevando su autoestima y cree que la compañía de otros es un regalo que debe cuidar como oro en paño; cuando no se da cuenta de que es ella la que debería estar en una caja fuerte por su extraordinario valor; muy al alcance de todos, más de lo que la gente suele ver a simple vista; pero a la vez muy lejos de nada ni nadie.
Siempre la vi demasiado confiada, demasiada fe en las personas ante todo; y muchas de esas veces no ha sido más que un boomerang que le ha devuelto desasosiego y rencor guardado en un rincón olvidado de su inconsciente. Muchas de las veces que mira atrás siempre ve un pasado mejor, y eso que ella sabe que si se fue de la tierra que ahora la llaman nostalgia, fue porque no le era suficiente. Pero muchas otras veces siente que es un barco varado en un punto sin retorno del que no sabe muy bien cómo llegó, pero que se maldice por haber cedido al paso de ciertos retales de madurez y humanidad que siempre lucho en su contra.

Poco a poco todas sus guerras con final derrotista le han ido comiendo sus ropas tejidas a base de fe e ilusión por los caminos nuevos que le llevaban en muchas direcciones, quizá sin destino pero con un camino pedregoso dañando sus pies con experiencias y enseñanzas; todo ello le ha hecho entender a esas personas que poco a poco se han encerrado en su propias rejas y que teme ser libre algún día a la intemperie de un nuevo fracaso. Eso que siempre negó que sería.

Parece que la estoy describiendo como un despojo de su propia vida, y no es así: Es una mujer que, sin querer, se acostumbró a darlo todo por lo demás; incluso a veces por encima de ella misma con la falsa esperanza de una recogida de la continua siembra de amor sobre campos secos por el egoísmo… ¡Qué error el suyo!
Ahora se da cuenta de que lo que siempre debió salvar del naufragio es a sí misma y no a los demás a costa de su propia vida…pero si dejara de hacerlo en cierto modo, dejaría de ser ella misma; y lo que nunca debo dejar de decir sobre su persona es su afán por la integridad y la autenticidad, apartada de las marcas copiadas y sin personalidad.

La conozco, ya os digo, desde hace más tiempo del que recuerdo; y la veo que poco a poco madura y; aunque con ello no siempre es algo mejor, empieza a aprender valiosas lecciones que ya sabía y nunca se paró a pensar.
Sinceramente creo que es feliz: le rodean personas, aunque pocas, de la mayor calidad…y aunque siempre se ha considerado parte de nada, habitante solo de sí misma; casi siempre se siente cómoda rodeada de su presente; y eso que esa sensación siempre fue lo que buscaba ya que cuando eso no ocurría huía…por eso también tanto desgaste en sus zapatos de tanto andar sin descanso. Ahora, por fin, todo le sonríe y ella se deja sonreír; que es aún más importante. Creo que se siente orgullosa y satisfecha de lo que hizo y lo que no hizo, aunque muchas veces los caminos no tenían más que la luz de sus ojos perdidos; supo llegar a una salida: no sé si la correcta para los que la observaban; pero sí la que ella vio mejor. Y creo que no anda mal encaminada, la verdad. Creo que siente que lo que ahora tiene es verdad, y eso es lo que importa. Ajeno a lo que aún queda por ver…

Nostálgica y demasiado empática…muchas veces llora y siente cosas que nunca le ocurrieron como si fueran sus propias pesadillas, y eso la hacen aún mejor…muchas veces pensó que un día alguien se pararía a ver todo lo que ella hizo; porque su vanidad cada día cobra más sentido en su vida; las cosas como son. A veces le ciega esa nueva cualidad, al igual que antes le cegaban los rayos que emitían los seres que parecían brillar a su alrededor, y no resultaron más que falsas estrellas caídas por su propia cobardía.

Para acabar, diré que siempre la vi como la persona más hermosa que ha pisado esta Tierra, y eso que ella no se permite observar al espejo con tales ojos; poco a poco va interpretando cosas que siempre se reflejaron en el espejo y su inseguridad no le dejo ver. Amiga auténtica, amante fiel, persona buena. A veces tozuda y otras peca de injusta. Pero siempre ella, alzando la integridad como su sello de identidad.

Se podría decir muchas más cosas sobre ella: su alta sensibilidad ante el verde, sus heridas de niñez…Pero creo que lo dejaremos ahí, ya que no voy a destaparos todo lo que ella es, así perdería la gracia conocerla… ¿no creen?

lunes, 25 de octubre de 2010

Mi ángel con sexo. ^^


"Parece que últimamente la palabra crisis no es solo una moda de las que pegan fuerte, sino un gorrón que sin tocar a la puerta entró para quedarse, y de los que no se van ni con agua fría... Lo peor es que, como siempre, la gente solo ve el lado que le proyectan, o simplemente, el que quieren ver y la crisis n o es más que un resultado del alma; pero para qué pensar en cosas más profunda si existe la política nacional, ¿no?


El frío apremia y mis labios no paran de rajarse augurando la entrada del otoño más frío que recuerdo... La integridad pide limosna porque ya no alberga posibilidad de humilde morada, y el sentido común parece haber ido al albergue de indigencia más cerca ya que el hambre le cruje la tripa. El mundo lleva mucho en crisis, ya ven, pero no se nota hasta llegar al cutis superficial de la sociedad... ¡Cómo haberlo imaginado siento tan obvio! Tendríamos que haber pensado para saberlo... ¿no?

(....)


Me encanta ese pequeño rincón, y eso que por la prisa que lleva la vida llevo unos días sin visitarlo...Cada tarde me gusta sentarme en esa sala de madera en una mesita al fondo, como aislada, cercana a un ventanal de posibilidades y matices que el sol juguetón le da a la cristalera. Resulta tan metafórico como autobiográfico...


Me siento cada tarde y con un repeat aleatorio de poemas a ritmo de guitarra empiezo a pasar apuntes dejando mi mente volar sobre mis reflexiones...Mi vida...




Siempre tan...¿sorprendente?¿caótica?¿extraña? no sé...solo sé que el estrés es un gran amigo que no me deja en paz ni un solo segundo...doy vueltas y vueltas a ningún lado y alrededor del mundo; tan a la vez...Todo parece tan novelescamente inquietante...



De repente, miro la hora y mi cuerpo da un vuelco de 180 grados, qué digo...infinitud incontable. Me precipito hacia el aula 7, ¿o era el 10 este día? ah no no...La 18 sin duda y miro por la ventanilla de cristal barato a hurtadillas...y espero enfrente la hora. Miro el reloj, ¡joder! solo dos minutos...quién coño invento las magnitudes del tiempo y el espacio y cómo coño les gusta jugar ya que ellos tienen el mando eeh...pero al ser finito, o así creemos, llega la hora una vez más y esa puerta se abre...y espero el torrencial río de universos infinitos salir por la pequeñita puerta...

Y, entonces, allí está ella. Hace nada más que 3 o 4 horas y medias; quizá 5...pero siempre una eternidad...y al mirarme su cara se transforma como una verdadera metamorfosis más allá del cutis antes hablado...allí está. Le cojo la mano y empezamos a hablar bajando por la rutina hasta una casa que se me antoja paraíso así, tan de repente...



La comida, la cena, la ducha, el descanso...todo me sabe tan simplemente genial, y sé que no se debe a mi eficiencia culinaria o al gel de aloe vera que me calma con su olor cada noche; ni tan siquiera la cama de 1,35 con su sabanitas suplicando calorcito a cambio de comodidad...es ella.

El hombro sobre el que lloro crisis, sobre el que observo universos, sobre el que abrazo plenitud, sobre el que suplico sexo, sobre el que regaño por ser mi pequeño desastrillo...


Pero el cuerpo sobre el que recorro milímetro a milímetro suplicando clemencia, saliva, sudor, alegría, pena...




El alma sobre la que me desnudo, y de una forma que ni yo supe que se podía lograr...sobre la que lloro el pasado, los errores...sobre la que pido que el sentido común deje de mendigar y albergue en nuestros entes...ya que seres sería implicar que tenemos individualidad y es así...pero mucho más...



El simple hecho de separarme de ella me supone una profunda tristeza...



Pierdo el sentido.



Me vacía una parte, un todo...más allá de ser algo que no sea todo mi ser como un torrente de eternos sudores al mismo compás precipitando en una plenitud imposible de no caer en "culpable de los cargos"



Ahora está en un sofá viendo la tele, triste por esperar algo más...siento haberla podido decepcionar en lo más ínfimo que sea la ausencia de su sonrisa resultante me quema más allá de lo que debería...y qué...siempre deseé, y ya lo decía ally...

-"quiero una total dependencia, poder acurrucarme en su pecho y sentirme segura y cuentas comunes y un sofá con películas y palomitas..." más o menos...





En fin, nunca podré concebir una crisis: la integridad alberga en nosotras, y el sentido común siempre tiene sitio en nuestra mesa...





Lo que más echo de menos estando aquí sentada, es no estar enroscada en su cuerpo calentito mirando la tele con una manta y sentir que ese es un momento de los que al morir recordaré en diapositivas de un power point bibliográfico titulado "felicidades plenas de mi vida" que protagonizará su preciosa cara hasta que salga un precioso atardecer con la palabra FIN....







Feliz no cumpleaños. ^^








jueves, 17 de junio de 2010

Tú.

http://www.youtube.com/watch?v=d2s2pU7_E2g&feature=related






“¿Qué tiene de malo incendiarse? ¿Tanto te duelen las llamas en el cuerpo? Hay cosas peores… El hielo, que nada llegué a ti, sin duda. Eso es la materialización de mi mayor miedo.



Qué más da la dependencia, es una enfermedad irreversible.






(…….)






Lo más hermoso que tengo en mi vida nació de cerrarme por derribo, quemarme y renacer, chillar de dolor hasta en la última costilla y volver a regenerar hueso a hueso.




Me incendié en sus inmensas llamas, y me vi sumergida en un retorcido laberinto de dolor, y luego nací en él. Y ahora le pertenezco.




Y nunca querré cambiar eso.





¿Para qué? Es lo mejor que hice nunca. Pegar mi nombre a esas inmensas pupilas azules.”

viernes, 11 de junio de 2010

Un falso viento pirata











“Me sorprende que mi casa parezca abandonada a causa de su tan absoluto silencio. Eso, de repente, se me ha antojado aterrador. Y fíjate antes lo buscaba, lo ansiaba…Qué contradicción, ¿no?


Me encanta la sensación que detesto de tranquilidad, y detesto la sensación que tanto amo llamada estrés.



Parece mentira que hace pocos días estuviera derramando lágrimas sin encontrar una salida posible, a gusto de todos; y como ahora se me antoja todo tan sencillo.



A veces, de la mano de unas palabras escritas por un alma pensante y, que para mi suerte, es compañera de mi camino te germinara un nuevo prisma de esta visión nublada que le escocía el cielo soleado.




-Viento, bohemio, pirata, flor… se me antojaban en la mente tras pensar mucho y mucho. Se me antojaban palabras evocadoras de una esencia que siempre deja huella, más allá de otras más aparentemente desgarradoras y menos contundentes, huella y marca, herida y recuerdo; pero, que a su vez, nunca pertenecía a ninguna parte. Yo lo elegí así…




Parezco esos verdaderos espías de las esencias, como el propio viento, o ese viejecito que todos los días te cruzas en un banco y siempre está sonriendo… Se me antoja esa sombra que no está arraigada pero observa activa de la humanidad…observando el propio caos y esa ciudad que está tan preocupada por sus cosas que no tienen tiempo a mirar la nube que tiene forma de velero sobre el cielo de Granada…



Y entonces se me dibuja una sonrisa, limpia, pura… yo lo veo, y eso me hace sentirme en un olimpo desde donde observo mi propio mundo sin ser parte y siendo elemento vital, tan a la vez…



Elegí, me repito…




Elegí ir tras la esencia, redimiéndome de todos los lazos que me ataban a la terrenalidad…puedes llamarme mediativa, puedes decirme que no tengo mi opinión; pero siempre andaréis desacertados… Yo hace tiempo que dejé de ver en una sola dimensión para elegir no estar atada a ningún tecnicismo que me impidiera ver cada diminuta esquina de lo que a otros, por ignorancia, estupidez, o tozudez se les escapara; escurridiza…





Tierra de nadie, y parte de todo a la vez… como esas cuerdas invisibles que unen todas las energías a su vez inocuas que me hacen ver todo más y más claro, acercándome a una luz… perdiéndome sin remedio sin querer ser encontrada. No hay peor perdido que el que afirma haberse hallado.




Puede que no se entienda, pero cuál peso el del saber y cuán la impotencia de tanta claridad…





Parece que tengo los síntomas de un loco, o que cada vez ande más cuerda…o todo a la vez.






Aunque, ¿sabes? A veces uno se siente tan solo siendo ese viento, esa tierra de nadie, esa luz, ese pegamento… esos cristales que pueden ver un mundo paralelo de energías, cuerdas, deshaciéndome de las que aparentemente nos unen al suelo; vislumbrando lo bonitas que son las cintas de eso que se necesita más y más saber para vislumbrar…




Como esas raíces de patriotismo que nunca sentí, y si lo hice fue una añoranza querida a mi verde y mis saltos de metros con un mar acechando bajo mis ojos alucinados. Curioso…



Y, otras veces, alguien te hace constatar lo lejos que estas de el mundo…y sonríes irónicamente. But the show must go on…









(........)














Lo que más me atemoriza es este silencio de mi casa hoy, parece mentira… Las lágrimas de anoche…


La sonrisa de un toque…



La desazón de una soledad que se apaga con unos ojos verdes tras una pantallita iluminada del msn, un día cualquiera… y entonces vuelves a llenarte, como ese globo deshinchado que el niño llora y su papa arregla, haciendo volver la sonrisa con las gotas de agua salada bajando por su mejilla sonrosada…





Lo que más me atemoriza. Esa desazón, como siempre me gustaron las atracciones y como me siento subida a una sin pagar apenas un billete de plástico fosforito…






Cómo estaba tan sumamente bien, tanto que creía que el sol me envidiaba, los dios me detestaban…y todo por tocarla…






Y cómo estoy tan derruida, si no ha sido nada, no me ha pasado nada, sigo en esta silla desde hace una hora…










Me atemoriza este silencio. Pero aún más la soledad que mi mente apobla y a la vez la sensación de calidez que producen unos segundos más tarde…como todo se contradice.

















Por qué diablos mi corazón se quiere salir de un infarto cuando una señal es interceptada por mi altavoz…como puedo despertarme feliz después de un sueño, como puedo llorar con una sola frase, cómo, cómo…










¿Cómo pude sentirme tan plena y ahora tan desgarrada?











Cómo, a pesar de este silencio me siento tan viva, y a pesar de que se avecinan nubes (siempre fui un clima tormentoso), me siento soleada…si afuera acaece la noche rotunda de una ciudad sin estrellas por una contaminación más allá de la lumínica…












Cómo me siento tan llena de paz entre tanta guerra























Elegí, no me arrepiento.















Y lo peor de todo es que sé qué marca la diferencia…






(...........)










Se me antoja entonces que puede ser una mentira más este aparente viento pirata..."