sábado, 25 de febrero de 2012

Un café con sustancia.

Soy animal de cafés, es un hecho. Cada paso que doy parece que ando más cerca de encontrar esa respuesta que nunca existirá ya que nunca se sabrá cuál es la pregunta que le precede. Me empiezo a entender y poco a poco desentramo los auriculares enredados que son mi pasado, esos que siempre tuvieron más enredos que un pelo alborotado a primera hora de la mañana. Es un topicazo, como otros tantos que esconden parte de verdad, que son las noches el alimento de las frustraciones inquilinas en nuestras entrañas espirituales. Pero es cuando no hay luz externa cuando todos andamos más receptivos como si los rayos solares fueran inquisidores de lo oculto, como si tales nos hicieran no poder esconder lo que nos origina pesar o simplemente, en lo que andamos pensando.

Hoy, como muchas tardes, noches o mañanas incluso me senté a ahogar mil y un pensamientos bajo un caliente café, un ambiente acogedor y una hermosa y agradable compañía. Hablando de todo y de nada, he sopesado lo dicho a la vuelta del bus quedándome con cosas que desenlazado lo quedado en el tintero se quedo a medias, y resaltando lo que me dan ideas para estar escribiendo ahora mismo…ya que para mí los mejores versos salen de conversaciones perfectas en la compañía de aquellos con los que los ojos no son ventanas opacas que juegan a ser algo o a no serlo.
Me llamó la atención la idea de que hay personas que se enamoran de objetivos, de modelos sentimentales y luego intentan proyectarlos en personas que caen de la idealización siendo fracasos por su incompatibilidad con un mundo imaginario idílico. Mientras tanto, otras personas se van encandilando poco a poco del conocimiento intrínseco de una persona que se va llenando en una jarra imaginaria de su esencia con cada café, comentario, una tarde lluviosa frente al ordenador o simplemente en una mirada. Nunca sabremos qué de las infinitas posibilidades y caminos que desentraña el mundo de los sentimientos más profundos es el amor absoluto, ya que éste creo que es solo una verdad a medias, que a su vez no es más que una mentira semientera. Solo sé que de un amor se puede pasar al otro, o como yo digo solo son diferentes proyecciones de una misma imagen sentimental vistas desde unos ojos que van evolucionando.
Me bajo el bus y ya no recordaba el fresco que hacía en la calle al abrigo del autobús…
Cada vez me conozco más y me detesto menos…Cada vez aprendí a ser más feliz sin recurrir al idealismo. Y aunque eso en la mayor parte fue fruto de encontrar lo que me hizo reencontrarme con quien de verdad soy; por fin respiro un aire que no me desconcierta. Un reflejo en el espejo al que identifico.

La que el espejo dibuja no es más que mi persona anhelada tras desvariar por caminos alternativos buscando como llegar a mi esencia buscándome.

Lo esencial es la búsqueda, y yo me estoy encontrando. Y lo que es mejor, soy feliz así. Una persona de infinitesimales partes: parte de todo ese camino parte del origen todo de nada una mezcla de todo….pero poco a poco yo misma.

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