miércoles, 21 de abril de 2010

Desidia.







http://www.youtube.com/watch?v=C7hBf2wXmjA

http://www.youtube.com/watch?v=m_ZdEfObRdc















“Recogieron mi apatía y la llenaron de nubes, oxígeno y sal y las esparcieron por mis heridas….dibujaron con ellas un camino y me hicieron caminar por una semana de gris y saturación. Eso. Saturación.





Quizá sea eso…Por un acto reflejo de tanta saturación el negro se volvió blanco. Un blanco que dan ganas de vomitar sobre él. Así, por lo menos, tendría algún color.



Mirando al infinito sin ver nada ni sentir nada…como una nebulosa interferida de saturación que diera una luz opaca a los ojos de una persona cansada de tanta desidia. Desidia, qué palabra…no sé por qué me obsesionaba tanto y eso que solo me venía sus letras a mi boca como un padre nuestro que no cesaría jamás…o sí, pero quizá, como siempre, la alternativa suena demasiado dura.




Recogieron mis cenizas del cajón de los desastres tantas veces, que ya ni recuerdo cuántas vidas me han dado. Debe de haber más de 7 y yo haber dejado de ser un gato que siempre cae de pie, para ser algo superior. Un humano, si es que a estas alturas entendemos lo que es eso…








Hay muchas formas de huir y muchas cosas de las que querer deshacernos, por las que correr sin parar, como un Forrest Gump que sin quererlo empieza a correr dejando divagar su mente sin querer hacerse la pregunta que hace que esa corriente de pensamientos, emociones y frustraciones, al fin y al cabo, cesará con una sola respuesta:

-¿A dónde voy?¿qué hago?¿qué soy?









Hay muchas formas de huir. Unas silenciosas, otras a bombo y platillo con portazo incluido y un billete en la puerta con una carta que dice “Adiós, amor. No pude”. Hay muchas formas de huir.












Al fin y al cabo siempre es mejor correr que preguntarse a uno mismo por qué corres, ¿no?












Me resulta absurda y me sorprendo irritándome por tanta…desidia, sí. Abandono. Estupidez. Como siempre hay tantas palabras y todas a la mano de un destripador y un profeta…Qué falsa tolerancia gobierna sobre nuestras cabezas, sin duda.












(…….)












Una de las formas más hermosamente estúpidas es la retroalimentación, y humana, cómo no….Los mejores pintores, los mejores artistas; los mejores guiones, las más bellas obras de arte.




Dibujan un lienzo de espejismos, de realidades que viven en los corazones soñadores de todas las almas viandantes de cualquier ciudad; y cuando éstas miran su reflejo en el bello retrato sonríen. Lo que no sabrán es que el artista vive de esa sonrisa; como un espía dentro del cuadro que llena su alma de un gozo cuando una de esas dentaduras luce una mácula perfecta de alegría ante las bellas tonalidades ajenas a que las observan, como un gran reallity….¿No es eso la vida misma?























Pero de repente alguien llega y zapatea los pinceles, destruye las acuarelas, parte los caballetes y crea un nuevo paisaje, uno…cómo diría…Real. ¿No es mejor la belleza que tocamos aunque ésta misma sea una pura ilusión que nunca tendremos la consciencia total de su precisión?










Pero el artista lleva pintando toda su vida, y muchas veces; se convierte en una condena. Una maldita condena. Y quiere crear un nuevo arte, uno…real; sin saber que se condeno a que sus manos nunca dejaran de pintar y sin querer cae en su propio pecado, por retroalimentación. Cae en su propia estupidez. Absurdo, ¿no? Como la vida misma. Otra vez.











(………….)
















No puede hacer más que seguir dibujando reflejos, se autoengaña diciendo que se lo debe al mundo. En realidad, se lo debe a sí mismo. Y sus lienzos son como una heroína que ya quedó atrás como una salvación...y como toda solución fue y llegó a convertirse en su tortura. Sin más.







Mientras, su musa divina, siempre observante…se queda perpleja y, ¿quiere huir?...No. nunca lo haría. La creo, le dio vida y ahora ella es luz y él cayó en sus propias sombras…pero ella anda tan alto que no la deja bajar…pero la condena a hundirse para poder…retroalimentarse…o no.









Y yo me pregunto, si todo este teatro es creíble…¿Me lo creeré yo..?









Y si sabes la respuesta, ¿por qué intentas dibujarme un lienzo que me resulta sacado de las venas de un artista circense más allá que de un genio frustrado?





Si existe una cuerda… ¿por qué haces todo lo posible para que ésta se rompa y solo exista el vacío?




























Hay muchas formas de huir. Pero pocas de engañarse, sin duda.

1 comentario:

Rosana dijo...

Obvias que la vida y sus habitantes no son obras de arte. no obvies tu miedo a tocar una genialidad, a que ésta te alcanze con tus dedos