martes, 23 de marzo de 2010

Grietas

http://www.youtube.com/watch?v=uCNCsLoDmZ8












“El sol parece abrirse entre las nubes de un invierno demasiado frío y turbio. A veces recuerdo tan nítidos nubes de tan antaño, y no tanto; los flashes de borracheras de lo que era mi vida, y entonces me quedo pensando en el frío, en los callejones sin salida que tan oscuros y opacos se vestían, en un gentío de sombras y oscuros reflejos que nunca tornaban a lo que parecieron ser, en los horrores de chillidos que solo yo tenía el privilegio de oír, en los fantasmales figurantes que todo lo encerraban, en la niña que había en la esquina llorando desesperada por salir….en los malabares que consistían las mañanas de sonrisas que ni sabía que coño podían significar.





Y entre tanta corriente luchaba y luchaba, cada día con menos ganas y más fuerza, puesto que es precisamente cuando sacas el último suspiro antes de dejarte fracasar e ir merced de la corriente, sin más remedio que ir hundiéndose poco a poco; pero nunca lo conseguí, no pudo conmigo. Quizá por desgracia…

Y es que, a veces, aparecían árboles, manos de samaritanos con una sonrisa que parecía pura, pero que al fin y al cabo llegaba el día en el que huían, como el reflejo de una orilla apacible que nunca llegaba.


Y lo peor de todo es cuando estabas en esa orilla, quizá…pero ni tú te dejabas que fuera apacible puesto que dolía tanto las heridas de esa marea que no parabas de chillar, que tus pulmones llenos de sal pedían que cesarán de respirar, y tus ojos ya no veían más que la realidad de esos turbios remolinos en los que finalmente te resultaba hasta mejor su presencia, por pura monotonía…y todo entonces resultaba un tanto irónico.



Poco a poco, fui abriendo los ojos de la ingenuidad, con gran trabajo e incluso con más escepticismo de lo que un idealista se puede permitir, pero quería creer creer…a toda costa. Aunque creer ya no fuera la opción más lógica.







La luz a veces me calmaba, y el idealismo volvía a alimentarme a base de gachas de supervivencia, mientras seguía retroalimentándome y curándome…renovando mis sistemas, volviendo a intentarlo, una vez más en definitiva.






Y entonces…







(…….)




Cuando los flashes volvían, el teléfono parecía brilla clamando tu nombre y tú, siempre dispuesta, detrás de una mesa de madera con una de tus famosas sonrisas que tanto escondían y que tanto delataban, hacías de una forma tan perfecta encajar mis desesperaciones en un cuadro de esperanza, de fe; como dos piezas que estaban hechas para funcionar.






Y poco a poco, era algo automático que detrás de cualquiera pequeño amago a una futura catarsis te escondieras tú limpiando una y otra vez de esa forma que empezó a convertirse, incluso antes de que llegara a mis manos, en la mejor forma de decir, ¿qué chorrada no? Y volver a hacer sonar a una sonrisa con miedo a que el aire se asustará por no estar acostumbrado ya que su ausencia fue larga, muy larga. Y me convencí de que las eternidades y las magias, las hadas no eran un atrevimiento retorcido y maquiavélico de la caja de Pandora que algún desalmado había dejado ahí, para los que ansiaban ser fieles apóstoles a peñón y naufragio, sin querer que el barco fuera a parar donde todos, al fondo del mar.






Y detrás de una mala noche tú, y detrás de una sonrisa tú….y los conceptos de todo empezaron a cobrar vida en una idiotez idealista que escondía una complejidad brutal y a la vez una nada que dejaba atónitos a los que la vislumbraban, como la capilla sextina. Cómo no sin escapar a las envidias de otros pintores ya que sus imitaciones nunca fueron comparables.





Y amenazaba la luz con regresar rompiendo los límites de todo lo que ahí andaba, oculto entre los muros que la gente no solía ver más allá de la pura transparencia, máscara de un edificio en ruinas cuando le colocan un bonito color sobre sus fachadas, y que estúpidos nunca supieron ver.







Pero, como todo…..terminó por tornarse de nuevo a ese callejón de complejidades, como no ya que la vida no es más que complejidad y nosotros no seríamos menos…



Y el tiempo fue destruyendo los puentes de agua clara, la magia, la fe…pero aún así, siempre pendiendo incluso de un hilo débilmente agotado por todos, seguía volviendo porque en ello estribaba mi supervivencia; no hay más.












(……..)






Pero ya es tarde. Y no supe verlo hasta que me golpeo como el peor canto sobre mi ya magullada cabeza…














Atrás quedaron y aún me sorprendo de recordar con micro catarsis de lágrimas, las miradas de reflejos de pupilas con ese idealismo; haciendo evidente que no fue un flash más.





Y hasta que no pude ver el gran contraste de los paisajes pupilazos que ante mí se postran en coincidencias, desde el mar hasta le gélida distancia a glaciares a lo lejos, de lo que ahora es el nuevo horizonte de lo que me quieres mostrar, sin gran éxito.






Y ya no hay más que una distancia más palpable que los kilómetros que me parecen micras al mirar esa panorámica escondida tras un frío hielo con claras evidencias de no ser más que una escenificación del peor teatro que jamás vi, detrás de todos esos figurantes, de todos esos paisajes oscuros de cartón piedra; detrás de todo ese teatro de glaciares…se esconde aquel lugar que una vez me dio la vida.









Pero que a día de hoy, ansía solo darme un vacío tan sumamente hipócrita como aterrador. Asesinando a golpe de lágrimas caídas marcando las noches en vela en las que sigo sin entender por qué quieres matarlo.

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