sábado, 30 de enero de 2010

Musas nuevas.

Mi vida desde hace un tiempo parecen continuos dejavus que me hacen pensar que vivo entre las dos dimensiones sin un límite claro: sueños y realidad.



Realmente actos, fíjate tú tan cotidianos como cerrar la casa con llave una llave, muchas veces me retornan a sueños tan vitales que parecen la vida eso, cotidiana. Y quizá lo sean pero muchas veces no encuentro la diferencia


“Tú me enseñaste a creer en las cosas que no se ven, y lo añoro.(…) si pero a veces encariñarse de lo que no existe es…arriesgado, sí.”



Qué real suena el que los sueños puedan llegar a convertirse en imágenes tan vivas que parezcan eso, vida. Materialismo de lo ridículo.



Y como muchas veces esos sueños pueden causarte el mismo terror angustia, desesperación, alegría…



Desde hace un tiempo mi vida se sale de lo surrealista para hacer parecer que lo real es pura ficción de lo que denominan normal, que para mí solo existe en las películas sin ninguna gracia…




























(……….)



"Pero jamás te cures de quererme,

Pues el amor es como Don Quijote:


solo recobra la cordura

para morir."












Traspaso las puertas mecánicas demasiado conocidas por mis zapatos y vuelvo a tener esa experiencia de expresión francesa tan atrayente y desconcertante.




Una vez más, mi felicidad se convierte en un billete de papel y su cese con un autobús que sale de la puta estación, a la que por cierto conozco demasiado bien:


Ya no solo porque tengo estas conexiones de billetes de felicidad reversibles desde hace tanto tiempo…



No solo en el presente y en el pasado, sé que mi futuro no escapará de ser tinta y papel del barato con el logotipo de ALSA mientras que siempre soy la que después se va andando con la música tan alta que el exterior no me interesa, y me sumerjo en la ridícula vida de sueños que tanto me gusta….






Pero tristes. No tristeza de la amarga que sale en forma de lágrimas corrosivas de un rostro que creo que se agrietará antes de los 40…Sino una dulce pena, una tristeza de poder decir adiós a una felicidad pero saber, no solo que va a volver, sino que tengo una felicidad…


Mi mente tenía tan bellas palabras mientras el agua de la ducha me calentaba los poros y me hacía repasar en una conversación inconsciente y que sería más un soliloquio que un diálogo que quería decir con palabras tan hermosas que dichas en voz alta provocaría que las gotas del cristal del espejo se sentaran a escucharme expresiones hermosamente tan bellas que enriquecen el alma de uno aunque se olviden, dejando su huella…




“Yo prefiero amor, yo prefiero amor…”





No niego que muchas de las sensaciones en versión Standard, si alguna vez existiera esa hipotética versión con lo que todos comparamos lo que sentimos, como si hubiera un libro lo suficientemente sabio y lo suficientemente claro de clasificar cualquier cosa ya no solo material de forma exacta, sino los aspectos de la metafísica más pura.





Pero tenían una tinción familiar y a la vez diferente.




Solo con sentir que en unos segundos se acercaría y que luego la mirara y se acercara a mil hacia que mi cuerpo entero volara y cayera en picado, qué cutrez más cursi y tan poco exacta pero no salen otras palabras…




Realmente las experiencias de las que tanto hablaba y que tanto me atormentaban se me asocian vanas…a veces se ordena todo solo, sin querer….


Sorprendiéndome de que tras tres horas de mal sueño, días de estrés con constipado y unas ronchas enrojecidas por los nervios que evidenciaban que mi vida podría ir mejor…



Sorprendiéndome de que no sabía que tema sacar de que hablaba muy deprisa o muy despacio de que quería mirarla decirle tantas cosas y que una sensación que nunca supe si fue miedo, vergüenza o combinación de todo con una pizca de estupidez post adolescente (se supone) pudieran volver a mí, un cuerpo raído por las experiencias que me hacía desgarrarme de todos los idealismos raíces de mi personalidad que quería y anhelaba tener pero que eran insostenibles en esta vida de “Adultos”….


“Y cuando esté roto escuchar que merece la pena”




Me sorprende con tanta fuerza como volví a mi esa sensación de dulce tristeza de ver cachitos de mi felicidad ir y venir en vehículos de ruedas y seguir cometiendo el mismo “error” de ser fuerte, de no decirme que por pragmatismo debería huir de lo lejano…que debería ser todo una locura y que ya debería estar escarmentada de tanta ida y venida y que debería huir de ello, pero las mil y una razones de decir un no no tienen fuerza en el pulso del sí que me chillo por dentro…


Realmente ser tan fuerte una vez más de querer creer en el más allá de las leyes de una física, espacio y tiempo, que son unas muestras claras de los formalismos y las reglas invisibles, de los valores morales que sin saberlo siquiera nos rigen nuestra existencia pero que yo siempre quise vencer y que cada día logro con más sonrisas en la cara, por mi autosuficiencia.









“Entre todos nuestros años, llega un momento en el que parece que la vida se nos simplifica, dejamos de consultar nuestras líneas de las manos comenzamos a releer nuestros poetas favoritos incluso a escribir algunos veros. Lo bueno es que no sucede una ni dos veces sino muchas veces

Ese es mi problema. Siempre volvemos a amar”







Muchas de las frases que suenan hechas van con mis pensamientos de esta noche, frases como esa.





Me conecto y parece que el mundo entero, el mundo real no, mejor digamos material el medio ambiente normalizado del que dispongo no haya sido movido ni un ápice, ni un solo evento que me sorprenda, ninguna tontería insulsa...Parece quepara el mundo es un día normal, y no ha cambiado ni se he trasladado un milímetro...



Pero estoy acompañada de una extraña sensación: para mí todo parece tan diferente, como si m hubiera movido en gotra dimensión durante 7 horas y mi mundo real sea diferente hasta en el color de las aceras o los azulejos de mi cocina.


Es obvio que nada ha cambiado y todo es diferente...



En fin....



Mi musa me quiere acompañar esta tarde-noche, creo que se siente orgullos de mí.



Huelo mil veces los pañuelos de un recuerdo tan dulce.



Y otra vez me extrapolo a ese mundo que parece de un sueño cuando mi alma se deshace de esta masa de células insulsas cuando te acercas a besarme.



Pero, creo…













Creo que esta vez no estoy soñando.

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